La verdad es que no recuerdo bien si fue en 2017 o en el 2018 cuando me acerqué a Nuevo Horizonte. Tampoco hubo un motivo que me vincule más a su proyecto que a otro. Simplemente me movió la inquietud personal por aportar algo a mi comunidad. Desde el primer día con ellos me di cuenta de que “había caído de pie”. Me sentí más que acogida por un grupo extraordinario de personas profundamente comprometidas con un proyecto exigente, que afrontan de corazón una realidad demasiado desconocida y que no dudan en poner al servicio todas sus capacidades ¡Mucho que aprender! Agradezco formar parte de esta familia que me ha enseñado que no podemos prescindir de nadie, que absolutamente todos sumamos… que todos podemos aportar algo.

Soy coach y tengo dos hijos, uno tiene autismo. Es cierto que esto me llevo a acercarme a Nuevo horizonte para hacerme voluntaria, pero lo que hizo que me quede es lo que importa. Lo primero es que la acogida fue increíble, personas abiertas con ganas de aprender y de dar todo lo que pueden para mejorar. El concepto de voluntariado casi siempre está marcado por el sentimiento de dar y no recibir nada a cambio, y eso no es verdad. Si recibes mucho, y no solo gratitud sino aprendizaje. Aprendes a salir de tu zona de confort, a mirar más allá, a compartir tu tiempo y tus conocimientos con gente que lo necesita y lo valora. ¿Porque es importante ser voluntario? Porque te hace relativizar los problemas de tu vida, te hace más fuerte, más generoso y a mi sobre todo más feliz.